Barcelona es junto con Roma la ciudad europea con mayor número de motocicletas por habitante con un índice de 177,25 motocicletas y ciclomotores por cada 1.000 habitantes. En total son 290.000 las motos que surcan sus calles y el número ha de ir en aumento si nos atenemos al nuevo Plan Estratégico de la Moto 2011-2018 con el que, el ayuntamiento ha asegurado, darle a las motos "prestigio y presencia" en la ciudad, por tratarse del "vehículo privado óptimo para la ciudad”.
Una de las medidas previstas en el Plan estratégico consiste en duplicar el número de aparcamientos para motos en la ciudad. En la actualidad Barcelona sólo tiene plazas para aparcar algo menos del 20% de sus motos pero lo compensa permitiendo aparcar en las aceras siempre que no se perjudique el tránsito de peatones tal y como recoge la Ley de Seguridad Vial que indica explícitamente que las motos puedan aparcar en la acera por la importancia que están ganando los vehículos de dos ruedas.
El ayuntamiento de Madrid también se inclina por el uso de las motos. En total son 183.641, lejos de la popularidad que tienen en Barcelona pero con mayor trascendencia en la ciudad ya que los madrileños sólo tienen a su disposición 4.300 plazas para aparcarlas: un 2,3% frente al casi 20% de Barcelona. La consecuencia es obvia, con un 97 % de motos sin aparcamiento disponible y una normativa que permite aparcar en las aceras amparándose en la Ley de Seguridad Vial, las motos invaden las aceras.
También se ven inundadas de motos las aceras del centro de Sevilla, ciudad que cuenta con 48.000 motos, y lo mismo ocurre en las de Valencia, Málaga y otras grandes capitales de provincia.
¿Y los peatones….? Indignados con los motoristas y con los ayuntamientos a los que reclaman una verdadera política de movilidad para peatones, un plan que facilite su movilidad del mismo modo que lo hacen para los vehículos.
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