No hacía falta llegar a estas alturas del año para saber que 2011 iba a ser el cuarto año consecutivo de nuestra ya familiar crisis, caracterizada en esta versión 4.0 por la retirada de la promoción pública y una posibilidad de financiación cada vez más improbable o definitivamente quimérica. Se espera que en 2012 llegue la versión 5.0 y que añoremos las versiones anteriores, menos difíciles de manejar. Los años de bonanza y crecimiento anteriores a 2007 forman parte ya de una época dorada e inalcanzable, todo tiempo pasado fue mejor.
Con lentitud, parsimonia, calma… así se está absorbiendo el stock inmobiliario, ese número indeterminado de viviendas de obra nueva, en torno al millón de unidades, que no hay forma de vender para normalizar el sector y que con los datos que se van publicando se nos antoja interminable, un excedente de vivienda perpetuo. Ahí van dos perlas: La compraventa de viviendas ha sufrido este año un descenso del 26,1% en su tasa interanual en junio. La segunda perla no es menos indigesta ya que el esfuerzo que deberá hacer cada familia que se lió la manta a la cabeza y compró una de esas viviendas será titánico, en concreto destinará un 34,3% de sus ingresos brutos anuales para pagar su nueva casa. En total dedicarán 6 años y medio de sus salarios a la compra de su vivienda. Es evidente que durante algún tiempo en este país sólo van a comprar una vivienda aquellos a los que les sea verdaderamente imprescindible.
Si sumamos el desplome ¿definitivo? de la compraventa de viviendas y el vencimiento de los créditos que se dieron a las promotoras a principios de la crisis, años 2007 y 2008, y que difícilmente van a poder renovar los bancos ni devolver las empresas es más que probable que 2011 sea el año de la segunda crisis inmobiliaria.
Las perspectivas de futuro son nada buenas y ante la evidencia el Gobierno que conoce la situación mejor que nosotros a través del Consejo de Ministros ha anunciado hoy viernes 19 de agosto una rebaja extraordinaria del 8 al 4% en el IVA para la adquisición de vivienda nueva. Según el portavoz del Gobierno, José Blanco, la medida es de carácter "extraordinario y temporal" hasta el próximo 31 de diciembre y su propósito es intentar reactivar el sector de la construcción, "uno de los más castigados por la crisis”.
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