Según los datos que facilita el ayuntamiento de Santiago, son cien mil los vehículos que entran cada día en la ciudad, ya sea para trabajar o para realizar gestiones en la Xunta, y que coinciden a las mismas horas y en los mismos lugares con los vehículos propios de Santiago provocando colapsos de tráfico y como no… de aparcamiento.
En Santiago cómo sucede en la mayoría de ciudades aparcar en el centro se está convirtiendo en un todo un lujo. Los motivos son los de siempre: reurbanización por parte del ayuntamiento, aceras más anchas, pérdidas de plazas de aparcamiento en la calle y potenciación del transporte público a costa del coche particular. Como contrapartida se construyen aparcamientos subterráneos y se pintan de azul las pocas plazas que quedan en superficie con lo que aparcar acaba costando una media de dos euros por hora.
Como siempre sucede en estos casos la limitación de plazas de aparcamiento viene acompañada por el aumento de los precios de las mismas. Así no es extraño ver como el precio de los garajes en el ensanche oscile entre los 40.000 y 50.000 euros o por poner otro ejemplo ronde los 30.000 euros en la zona del Hospital Clínico, una de las zonas más frecuentadas de la ciudad.
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