“Llevamos más de un siglo en este negocio y sabemos que los ciclos pasan y que los precios volverán a subir” así de claro lo deja Isidre Fainé, presidente de La Caixa. No malvenderán, en La Caixa no piensan en vender bajo precio los pisos y solares que se han tenido que adjudicar tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. No lo harán por mucho que desde el Banco de España se exijan provisiones a las entidades financieras que acumulan viviendas, que lo son todas. Tampoco lo harán pese a que expertos y analistas, de aquí y de fuera, sigan insistiendo en que todavía tienen que producirse rebajas del orden del 20%.
La intención es vender y deshacerse de todo ese stock inmobiliario - 12.000 pisos, con un valor de 1.800 millones de euros, y suelo por un importe similar - claro que sí, pero sin pérdidas, para algo son la tercera entidad financiera española y se pueden permitir aguantar sin preocuparse de nuevas depreciaciones.
La estrategia de La Caixa pasa por adquirir más inmuebles con los que engordar su filial inmobiliaria Servihabitat, compañía a la que ya ha suministrado más de 2.000 millones en los dos últimos años y sobre la que planea inyectar 1.000 millones de euros más mediante una ampliación de capital.
Acumular ladrillos bajo Servihabitat podría ser el primer paso, ¿Y el siguiente? Quién sabe… quizás sacar la filial a bolsa y venderla para quitarse todo el stock de golpe. Una excelente jugada si les sale tan bien como la vez anterior con Colonial, su anterior filial inmobiliaria que engordó con los inmuebles adjudicados del anterior ciclo y que no querían malvender. Colonial salió a bolsa y el empresario Luís Portillo se tragó el anzuelo. Corrían los tiempos del Boom inmobiliario…
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