El centro de Zaragoza, del mismo modo que vimos en Málaga, sufre un grave problema del aparcamiento. Leo en 20minutos.es/Zaragoza como la listas de espera para conseguir un abono de 24 horas llegan a durar un año en algunos aparcamientos. En concreto para los garajes de Puerta Cinegia y Santa Catalina. Otros como Salamero creen que tardarán unos seis meses en disponer alguna plaza y para el resto lo más habitual son tres meses en lista de espera. Los bonos oscilan entre los 96 euros al mes de San Francisco y los 232 euros de San Clemente. Si optamos por alquilar a particulares nos encontraremos la misma dificultad para encontrar una plaza libre y precios bastante elevados, entre 140 euros y 180 euros al mes. Tal y como vimos en Málaga, si optamos por comprar los precios están influidos por el desequilibrio oferta-demanda y encontraremos plazas por encima de 60.000 euros, hasta los 90.000 euros en algunas zonas.
Según los datos presentados por el ayuntamiento de Zaragoza referentes al año 2007, en Zaragoza hay una plaza de aparcamiento libre en superficie por cada tres turismos. En total, hay 237.208 coches y unas 80.000 plazas gratuitas en las calles. En total son 311.600 vehículos contando camiones y motos. A esas plazas libres o gratuitas en superficie tenemos que añadirles casi 6.800 de zonas de pago, también en las calles de la ciudad pero pintadas y con obligatoriedad de pago y unas 200.000 bajo tierra. La mayoría de estas últimas están ubicadas en los bajos de centros comerciales y se utilizan tanto por clientes como por conductores que aparcan allí porque no tienen otro sitio donde hacerlo.
Si la tendencia se mantiene como durante estos últimos años las cosas empeorarán mucho ya que entre 1999 y 2006, el número de vehículos se ha incrementado en casi un 15%, mientras que la población lo ha hecho en un 10%. En este periodo de tiempo se han añadido a las calles de Zaragoza 40.455 automóviles y más de 63.000 personas.
Por su parte el ayuntamiento tiene la misión de convertir Zaragoza en una ciudad privilegiada para el peatón y para el transporte público. En este contexto el borrador del plan de movilidad encargado por el Ayuntamiento y la DGA indica que el objetivo debe ser la construcción de 1,5 plazas de aparcamiento por cada vivienda nueva. Esta reconversión implicará la construcción de 44.000 nuevas plazas de aparcamiento subterráneas para residentes, de cinco estacionamientos en el entorno de las áreas ambientales (Zonas 30) y de otros nueve en la periferia. Todo ello en el plazo de 15 años y con una inversión de 396 millones de euros. Su puesta en marcha debería repercutir en la eliminación de plazas en superficie de aparcamiento regulado.
Si la tendencia se mantiene como durante estos últimos años las cosas empeorarán mucho ya que entre 1999 y 2006, el número de vehículos se ha incrementado en casi un 15%, mientras que la población lo ha hecho en un 10%. En este periodo de tiempo se han añadido a las calles de Zaragoza 40.455 automóviles y más de 63.000 personas.
Por su parte el ayuntamiento tiene la misión de convertir Zaragoza en una ciudad privilegiada para el peatón y para el transporte público. En este contexto el borrador del plan de movilidad encargado por el Ayuntamiento y la DGA indica que el objetivo debe ser la construcción de 1,5 plazas de aparcamiento por cada vivienda nueva. Esta reconversión implicará la construcción de 44.000 nuevas plazas de aparcamiento subterráneas para residentes, de cinco estacionamientos en el entorno de las áreas ambientales (Zonas 30) y de otros nueve en la periferia. Todo ello en el plazo de 15 años y con una inversión de 396 millones de euros. Su puesta en marcha debería repercutir en la eliminación de plazas en superficie de aparcamiento regulado.
El Plan Intermodal de Transportes del Ayuntamiento de Zaragoza prevé también la construcción de quince aparcamientos disuasorios, su objetivo es incitar a los conductores a dejar allí sus coches para acceder al centro de la ciudad en transporte público. Se supone que el precio de estos aparcamientos será simbólico o gratuito de otro modo no se entendería la medida y sólo provocaría polémica y malestar entre los conductores. Esperemos que el afán recaudatorio no empañe la notable apuesta por convertir la ciudad en un paraíso para los peatones.
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