En tiempos de crisis y con una deuda cercana a los 7.000 millones de euros el Ayuntamiento de Madrid apuesta por la recaudación de impuestos para tapar agujeros, y es que sus arcas atraviesan una delicada situación. Para hacernos una idea, la deuda supone la mitad del total de la deuda de las capitales de provincia de nuestro país, 10 veces la deuda de Barcelona… casi nada, dicen los que entienden de esto que la ciudad está endeudada para los próximos 30 años. Ante tal escenario el consistorio contradiciendo la teoría general del PP de no aumentar la presión fiscal en épocas de crisis, asumirá un gran coste político y subirá los impuestos a los madrileños para sanear sus cuentas. Una de las medidas la publicó El País hace unos días: Plazas de aparcamiento y trasteros también pagarán la tasa de basura en Madrid.
El impuesto de basuras lo justifica el Ayuntamiento por lo costoso de la separación y reciclaje de los residuos. ¿Qué residuos generará una plaza de aparcamiento y en cuántos grupos habrá que separarlos? Es un enigma. Algún malpensado tramará que quizás sea un servicio que ni siquiera preste realmente el ayuntamiento… ¿Residuos ficticios? ¿Servicios fingidos….? Alto ahí malpensados. No todo es imaginario en este asunto, por lo menos los ocho millones de euros que se recaudarán serán reales, tanto como el agujero municipal.
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